En la historia dominicana reciente hubo presidentes muy impuntuales que hacían esperar hasta dos horas a funcionarios, prensa y demás invitados para poder iniciar un acto, mientras otros fueron tan puntuales que se aparecían hasta media hora antes.
Los periodistas asignados a la fuente presidencial son los que siguen los pasos del presidente para reportar las incidencias al público, a través de su medio de comunicación, por lo que, a partir de una serie de entrevistas a reporteros que prestaban servicio en el Palacio Nacional desde los años del fallecido Salvador Jorge Blanco hasta el actual gobernante Luis Abinader podemos construir la lista de los más puntuales y los de mayor tardanza.
Si llamamos puntual a quien llega exactamente a la hora convenida, sin más ni menos, Hipólito Mejía es el campeón de la puntualidad como presidente, a pesar de su agenda repleta de actividades durante los cuatro años que gobernó, desde el 2000 hasta el 2004
El problema con Mejía era que su agenda era bastante improvisada, por lo que los periodistas preferían irlo a esperar fuera de su casa, en la calle General Modesto Díaz, para seguirlo después, de acuerdo a un periodista de la época.
A partir del momento en que salía de su residencia, los periodistas apuraban el paso para no perderlo de vista. Así lo hicieron salvo una vez que fueron engañados.
Mejía acostumbraba a desayunar con José Miguel Soto Jiménez, entonces secretario de las Fuerzas Armadas, y salir de allí para reanudar su itinerario. Un periodista de esos años cuenta que un día siguieron el vehículo del presidente y su escolta al salir de la casa de Soto Jiménez, hasta que llegaron al Palacio Nacional. En ese momento descubrieron que el vehículo con la placa número 1 estaba vacío y el presidente había seguido otro rumbo.
A veces, el presidente decía que iba a donde su comadre. Los empleados de los medios de comunicación debían esperar afuera del edificio de la referida amiga ubicado en la avenida Independencia.
Danilo Medina
Si se considera puntual a alguien que llega hasta media hora antes de la hora programada, Danilo Medina se lleva el trofeo. Los funcionarios de mejor jerarquía, los periodistas y los invitados a los actos oficiales tuvieron que acostumbrarse a llegar tiempo antes a las actividades para no perderlas.
Como llegaba tan adelantado, le daba tiempo a ver los detalles de la obra que inauguraría o el espacio donde daría un primer picazo. Cuando se sabía que el presidente había llegado, todos los demás invitados tenían que apurar el paso para poder llegar a tiempo. Cuando el reloj marcaba la hora convenida, los actos iniciaban puntualmente.
Salvador Jorge Blanco y Joaquín Balaguer
Al periodista Manuel Jiménez le tocó escribir sobre las actividades de los expresidentes Salvador Jorge Blanco, desde 1982 hasta el 1986, y Joaquín Balaguer, desde el 1986 hasta 1996.
En el caso de Balaguer, dice que, aunque no solía llegar tarde, su agenda podía retrasarse de vez en cuando ante improvistos. Narra que en la época de Balaguer y de Salvador Jorge Blanco los periodistas viajaban en un autobús provisto por la Presidencia.
Jorge Blanco también solía llegar a tiempo, salvo algunas ocasiones. Era accesible cuando los periodistas se acercaban y los conocía por su nombre, de acuerdo al testimonio.
El primer lugar en la categoría de impuntualidad de todos los presidentes después de la Era de Trujillo se lo lleva Leonel Fernández Reyna, según relatos de testigos de sus mandatos. Durante su primer gobierno (1996 al 2000), sus ocho años consecutivos (2004-2012) y hasta su campaña presidencial del 2020, Fernández hizo esperar por hasta dos horas a sus invitados.
Esa situación molestó una vez al cardenal Nicolás López Rodríguez, quien reprochó al mandatario la tardanza a su llegada a la ceremonia para la ordenación episcopal del obispo de Puerto Plata, Gregorio Nicanor Peña Rodríguez, en enero de 1997.
Ante las quejas de los periodistas, se hizo común la frase “los presidentes nunca llegan tarde, son los periodistas que llegan muy temprano”.
La dilación era justificada en supuestas visitas imprevistas al Palacio Nacional.
Luís Abinader
En nueve meses de gobierno, Luis Abinader va marcando una tendencia hacia la tardanza. A casi todas sus inauguraciones y primeros picazos arriba hasta una hora y media después de lo programado por su equipo de comunicaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario