Los internos de máxima seguridad donde se encuentran recluidos, principalmente los involucrados en los casos del entramado de corrupción de Anti-Pulpo y Coral, tienen más restricciones que los presos comunes en el Centro de Corrección y Rehabilitación de Najayo.
La explicación fue ofrecida por la directora del Nuevo Modelo Penitenciario, Hilda Patricia Lagombra, durante su participación en el programa El Día, entrevistada por Huchi Lora y Edith Febles.
En el programa, que se transmite por Telesistema (canal 11), Lagombra dijo que los internos de máxima seguridad cuentan con una hora de sol, mínimo tres horas, una llamada una vez al día o tres a la semana, derecho a la alimentación, comida, desayuno y cena.
En caso de que tengan una condición médica como la población común penitenciaria, recibir la dieta especial que recomiendan los médicos, derecho a leer, recibir asistencia educativa a través de tutoría, asistencia psicológica, asistencia médica, acompañamiento con su familia.
Explicó que lo único que diferencia a los internos de máxima seguridad con la población común es que este personal está más restringido, quienes tienen derecho a salir a la cancha una vez al día, mientras que la población común puede tener más acceso al sol.
En su interior una celda de máxima seguridad tiene en su interior una cama, un área de baño, una mesita para que el interno pueda sentarse a comer o leer, ventilación e iluminación establecida por las normas internacionales.
Empero no cuentan con aire acondicionados en ningún alojamiento, ni de máxima ni de la población común, ni cuenta con ninguna contribución de parte de los familiares de los internos.
Otros recintos que cuentan con celda de máxima seguridad, además de Najayo, se encuentran en San Francisco de Macorís, La vega, La Romana, San Pedro de Macorís y que no tienen habilitan pabellones para tener ese tipo de interno.
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